Las bibliotecas: ventanas al mundo.

lunes, 4 de marzo de 2013


Un buen Maestro


Un maestro es parte fundamental en la etapa de aprendizaje de cualquier persona, ya que depende mucho de la enseñanza recibida tanto en el estudio como en parte de los principios y valores, para que seamos hombres de bien el día de mañana.
Veremos cuáles son los principios éticos que deben regir la conducta del maestro.
El maestro debe proyectar siempre una imagen digna, profesional, y tener como principios éticos, la moral, la honestidad, la justicia, la objetividad y eficiencia.
Un maestro debe respetar a sus estudiantes y a los padres de sus estudiantes, a sus colegas de trabajo, a sus superiores.
Debe respetar las opiniones de las demás personas, entre ellos las de sus estudiantes, aceptando los puntos divergentes.
El maestro debe reconocer la importancia del trabajo participativo y de colaboración.
Un maestro no debe identificarse abiertamente con una línea política, ni debe hacer proselitismo, no debe llevar insignias, banderas o símbolos que identifiquen a organizaciones políticas.
Un maestro debe ser un estudiante de toda la vida, ya que para impartir enseñanzas debe actualizarse y aprender constantemente de acuerdo a la evolución de nuevas técnicas, y material didáctico.
Un buen maestro estará en continuo contacto con otros profesionales que contribuirán a su enriquecimiento  como maestro.
Un maestro debe sentirse orgulloso de ser maestro y debe participar en las actividades del establecimiento educativo.
Un maestro no debe aceptar a nombre de regalos o donaciones, algún de valor económico que comprometa su accionar.
Debe examinar los problemas que se presentan en el establecimiento educativo, contribuyendo a la solución de los mismos.
Si  consume drogas o alcohol, no debe ser maestro ya que romperá el principio de ser ejemplo para los alumnos.
Un buen maestro debe ser parte de la familia de sus alumnos, para ello debe perseguir planes de auto mejoramiento, debe ser guía para los otros miembros de  la familia estudiantil; debe promover y respaldar la educación integral de los alumnos.
Debe ser el ejemplo en la aplicación de valores y principios tanto morales como éticos.
Los maestros  deben ser guía espiritual para sus alumnos, deben ser personas cimentadas espiritualmente para orientar en ese campo.
Los alumnos necesitan la orientación psicológica, sentimental, y acuden en muchas instancias a los maestros, por ello el maestro debe ser capaz de asistir en estas necesidades.
Los  maestros y los establecimientos educativos, son el segundo hogar para nuestros hijos, por eso al momento de escogerlos, debemos hacer una selección minuciosa, ya que de ello dependerá que los valores y las enseñanzas recibidas en el hogar tengan una continuidad efectiva y no sean cambiados o tergiversados.

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