Un buen Maestro
Un maestro es parte fundamental en la etapa de aprendizaje de cualquier
persona, ya que depende mucho de la enseñanza recibida tanto en el estudio como
en parte de los principios y valores, para que seamos hombres de bien el día de
mañana.
Veremos cuáles son los principios éticos que deben regir la conducta del
maestro.
El maestro debe proyectar siempre una imagen digna, profesional, y tener
como principios éticos, la moral, la honestidad, la justicia, la objetividad y
eficiencia.
Un maestro debe respetar a sus estudiantes y a los padres de sus
estudiantes, a sus colegas de trabajo, a sus superiores.
Debe respetar las opiniones de las demás personas, entre ellos las de
sus estudiantes, aceptando los puntos divergentes.
El maestro debe reconocer la importancia del trabajo participativo y de colaboración.
Un maestro no debe identificarse abiertamente con una línea política, ni
debe hacer proselitismo, no debe llevar insignias, banderas o símbolos que
identifiquen a organizaciones políticas.
Un maestro debe ser un estudiante de toda la vida, ya que para impartir
enseñanzas debe actualizarse y aprender constantemente de acuerdo a la
evolución de nuevas técnicas, y material didáctico.
Un buen maestro estará en continuo contacto con otros profesionales que
contribuirán a su enriquecimiento como
maestro.
Un maestro debe sentirse orgulloso de ser maestro y debe participar en
las actividades del establecimiento educativo.
Un maestro no debe aceptar a nombre de regalos o donaciones, algún de
valor económico que comprometa su accionar.
Debe examinar los problemas que se presentan en el establecimiento
educativo, contribuyendo a la solución de los mismos.
Si consume drogas o alcohol, no
debe ser maestro ya que romperá el principio de ser ejemplo para los alumnos.
Un buen maestro debe ser parte de la familia de sus alumnos, para ello
debe perseguir planes de auto mejoramiento, debe ser guía para los otros
miembros de la familia estudiantil; debe
promover y respaldar la educación integral de los alumnos.
Debe ser el ejemplo en la aplicación de valores y principios tanto
morales como éticos.
Los maestros deben ser guía
espiritual para sus alumnos, deben ser personas cimentadas espiritualmente para
orientar en ese campo.
Los alumnos necesitan la orientación psicológica, sentimental, y acuden
en muchas instancias a los maestros, por ello el maestro debe ser capaz de
asistir en estas necesidades.
Los maestros y los
establecimientos educativos, son el segundo hogar para nuestros hijos, por eso
al momento de escogerlos, debemos hacer una selección minuciosa, ya que de ello
dependerá que los valores y las enseñanzas recibidas en el hogar tengan una
continuidad efectiva y no sean cambiados o tergiversados.
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