¡¡Creando lectores!!
Convertir a un niño en un lector comprometido implica
un trabajo especial y constante. Sin duda, ningún jugador de selección
nac
|
Quizá de pequeños, estos niños fueron llevados por sus
padres a jugar a los parques, y fue hay donde de se sembró la semilla que florecería
mas tarde en un profesional del deporte. Así sucede con los lectores y
estudiantes competentes.
Mamá y papá ¿consideran
la lectura y la lectura y la escritura importante en su vida? ¿Cuántos libros
leyeron el año pasado? ¿Experimentan placer o gusto al leer o escribir?
¿dedican diariamente algún tiempo para leer un libro? ¿Promueven espacios de
lectura con sus hijos? Son muchos los niños que conocen bien la lengua escrita
y los libros antes de escribir enseñanza formal en la escuela. Miran los comerciales
en la TV y comienza a asociar los productos con los nombres impresos en las
marcas. Observan las señales de transito y los carteles de la calle y aprenden sobre
la lengua escrita y su entorno.
Sus padres y otras
personas cercanas leen cuentos para ellos y los niños imitan este
comportamiento mirando las hojas de sus
libros y “leyéndolos” de memoria.
La vida diaria les
presenta información sobre las letras y los sonidos de innumerables maneras y
ellos las captan con rapidez. Aún los muy pequeños inventan o duplican sonios
letras en esfuerzo por comunicar sus propios mensajes.
Si deseamos que nuestros
hijos tengan éxito en la escuela y en la
vida, debemos desarrollar con ellos actividades que enriquezcan su imaginación
y creatividad.
Asi como alguien jugó a
la pelota con quien hoy es un gran futbolista, es necesario que, de la misma
forma, juguemos con las palabras y os libros para desarrollar – en los futuros
adultos – el interés por la cultura, el conocimiento y la critica del mundo que
los rodea.
Platiquen con sus hijos
e invítelos a opinar del contenido de los libros, muéstrales fichas
bibliográficas, ofrézcales papel, colores y lápices para dibujar.
Nunca es demasiado
pronto para leer un libro para su hijo, pues de bebes tiene una increíble
capacidad para aprender. En sus primeros años los pequeños no saben leer las
palabras, pero si pueden descubrir la diversión, la alegría, la emoción y los
conocimientos que encierran los libros.
Sugerencias











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