Las bibliotecas: ventanas al mundo.

jueves, 7 de marzo de 2013

SOY PROFESOR Y !QUIERO RENUNCIAR!

iSOY PROFESOR Y QUIERO RENUNCIAR!

Existen varios de los colegas nuestros e incluso yo lo he pensado en más de una ocasión en que pareciera que tiraré la toalla inevitablemente porque ya he aplicado mil técnicas y no logro los resultados deseados. Cuando tal cosa sucede viene inevitablemente una frustración y auto culpabilidad de que no estás haciendo bien tu trabajo, a pesar de que sepas que haces tu mayor esfuerzo. Pero, ¿Cuáles son las causas más comunes por las que a pesar de aplicar diversas técnicas los alumnos no siempre responden de la manera esperada? La respuesta es muy simple: cada individuo es diferente y tú y yo como docentes tenemos que ser capaces de identificar la personalidad de cada integrante de un grupo y después del grupo como tal, para luego, darles lo que les acomode mejor.

He trabajado con algunos grupos y curiosamente todos ellos tienen una personalidad diferente, algunos de los integrantes de los grupos responden mucho a los incentivos o recompensas por un buen trabajo, otros tantos prefieren que se hagan las clases muy dinámicas aunque no se les den incentivos, otros prefieren escribir y escribir, otros solo ver, en fin, cada uno es diferente.  Entre algunas de las distintas técnicas que considero pueden ser universales se encuentran tres consejos sencillos y que en sí no tienen complicación de planeación sino más bien es cuestión de estrategia:

1.- Dales 5 minutos de relajación: A todos, todos los estudiantes (de cualquier edad) les hace muy bien empezar cualquier clase con unos instantes de relajación y de descanso, que se rompa todo pensamiento previo o cualquier carga que lleven, que sea tirada en ese lapso de tiempo y logren comenzar desde ese estado su clase, esto ayudará mucho a que la clase sea más armónica y a aclarar la mente del estudiante, por ende, mejorará su desempeño y su atención.

2.- Intercala tus actividades lúdicas y las teóricas: Es importante que no se detengan a realizar durante un lapso de tiempo mayor a 20 minutos una sola actividad, ni lúdica ni teórica, pues ambas los cansarán y no responderán de la misma manera después de un rato. Se debe intercalar adecuadamente para siempre mantener la atención y el interés.

3.- Cuando corrijas alguna falla, menciona primero algo positivo: Estamos acostumbrados a ver nueve aciertos y una falla y a no reconocer los nueve aciertos primero sino mencionar la falla; este ejercicio es muy simple y aunque parece que no hace una gran diferencia con el paso del tiempo verás como aumentas la seguridad de tu alumno al comentarle primero sus aciertos y luego sus errores.

Así pues, estos simples detalles harán una gran diferencia en tu día a día, además podrás captar la atención de tus alumnos de una manera significativa.

1 comentario:

  1. Sabemos que hay momentos de frustración en las cuales queremos salir corriendo esa seria la mejor solución para algunos pero también tomemos en cuenta que si no fuera por nosotros muchos alumnos no serian grandes profesionistas.

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