Lectoescritura inicial, en educación, se, refiere a ese breve período donde los niños pequeños, entre 4 y 6 años de edad (educación infantil), acceden a leer y escribir. En realidad, no hace referencia a un concepto definido sino a un proceso compuesto por muchos conceptos que en su entramado han dado lugar a diversas teorías científicas de tal proceso. Los maestros saben que ese período es crucial porque los niños deben aprender a leer y luego leer para aprender otros temas y por esto deben observar detalladamente cómo los niños avanzan notablemente en sus logros. Cuando el maestro estudia sobre la lectoescritura inicial se enfrenta con teorías, investigaciones y estrategias de la práctica educativa que tienen distintos enfoques como el socio-cultural, el constructivista y la psicolingüística.
Destaca la importancia de las interacciones sociales puesto que los niños pequeños están sujetos a aprender el modo en que está codificada la información culturalmente significativa que encuentran en todos los contextos sociales donde están presentes. Cuando los niños ingresan a la escuela han estado expuestos a la escritura y a la lectura aunque quizás su exposición varía en cantidad y en calidad según los contextos sociales.
Esta exposición informal a la escritura y la lectura no garantiza obviamente que el niño aprenderá a leer y escribir, pero será útil cuando el maestro le enseñe mediante actividades planificadas que aprovechen todos los aspectos significativos de los contextos sociales vividos por el niño. Si bien con distintos matices se destacan dentro del enfoque autores como Jerome Bruner, Lev Vygotski, Berta Braslavsky y otros. Si bien este enfoque considera que el aprendizaje comienza en contextos sociales no formales, la interacción con adultos a través de la participación en la cultura de lo escrito, como se registra en la práctica de los cuentos leídos por ejemplo, resulta fundamental.
Destaca la importancia de las interacciones sociales puesto que los niños pequeños están sujetos a aprender el modo en que está codificada la información culturalmente significativa que encuentran en todos los contextos sociales donde están presentes. Cuando los niños ingresan a la escuela han estado expuestos a la escritura y a la lectura aunque quizás su exposición varía en cantidad y en calidad según los contextos sociales.
Esta exposición informal a la escritura y la lectura no garantiza obviamente que el niño aprenderá a leer y escribir, pero será útil cuando el maestro le enseñe mediante actividades planificadas que aprovechen todos los aspectos significativos de los contextos sociales vividos por el niño. Si bien con distintos matices se destacan dentro del enfoque autores como Jerome Bruner, Lev Vygotski, Berta Braslavsy y otros. Si bien este enfoque considera que el aprendizaje comienza en contextos sociales no formales, la interacción con adultos a través de la participación en la cultura de lo escrito, como se registra en la práctica de los cuentos leídos por ejemplo, resulta fundamental.
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