LA EDUCACIÓN LITERARIA.

Lomas (1999) afirma que la educación literaria consiste esencialmente en el desarrollo de la capacidad específica  del estudiante que lo posibilita tanto para producir estructuras literarias como para su comprensión. Esto refuerza algo que se ha venido diciendo: la educación literaria no es la transmisión escolar de las obras que constituyen el patrimonio de una nación o de la humanidad y que han sido consagradas por la tradición académica, sino la interpretación significativa de los textos por parte de los lectores.

Mario Benedetti

“Y es ahora mi muerte meridiana

la que en silencio está diciendo ven   

pero yo me hago el sordo”. 

Si uno de los objetivos de esta educación literaria es formar lectores (as) competentes, los docentes se preguntarán cómo se acerca el joven lector al texto, de qué manera lo disfruta y puede conversar con él, y cómo en las aulas se puede contribuir su aprendizaje literario incluyendo conocimientos, habilidades y actitudes.

                                                   

"Conviene utilizar textos cuya textura facilite la comprensión  de su significado pero a la vez haga posible la mejora de sus capacidades de interpretación de las formas y los mensajes literarios. De ahí que en la selección de los textos literarios sea esencial secuenciar estos textos en función de sus dificultades de interpretación a la vez que convenga organizar actividades diferentes (desde la lectura individual hasta la narración oral o la lectura colectiva), y tener en cuenta la diversidad de gustos, expectativas y habilidades lectoras de cada alumno y cada alumna" (Lomas,1999, Vol. II, p. 11)