Las bibliotecas: ventanas al mundo.

jueves, 28 de febrero de 2013

CANTIDAD Y CALIDAD DE TIEMPO PARA NUESTROS HIJOS.





 La calidad de tiempo con los hijos no se mide por lo entretenido que haya sido el rato que pasamos con ellos. Los padres de hoy tienen muchas más complicaciones para pasar tiempo con sus hijos que en épocas anteriores, el trabajo fuera de casa impacta directamente la forma en que deben administrar el tiempo para atender las necesidades tanto física...s como emocionales de los hijos.

Para un hijo es tan importante la calidad como la cantidad de tiempo que sus padres le brindan y ese equilibrio debe permitir a un padre conocer, comprender, saber qué sienten y quiénes son sus hijos.

La autora del libro De la culpa… a la calma, Ángela Marulanda, escribe al respecto lo siguiente: “Parece que en nuestra loca carrera por estirar el tiempo, finalmente logramos hacer todo… menos vivir, si por ello entendemos compartir, jugar, reír, conversar, gozar… amar. Por andar ocupados en que nada les falte a los hijos, los padres no les damos más sino menos, menos sosiego, presencia, comprensión, menos de todo lo que precisan para crecer tranquilos”.

“Los niños perciben cuando fingimos prestarles atención, pero realmente no lo estamos haciendo”. Si el tiempo que dedicas a tus hijos sólo alcanza para darles órdenes, suplicarles, corregirlos y apurarlos o sólo prestas atención cuando gritan, lloran o hacen alguna travesura, ese tiempo, aunque sea mucho, no es de calidad.

La opción es buscar espacios para estar presentes de cuerpo y alma porque, afirma Marulanda, muchas de las dificultades que nuestros hijos enfrentan son el resultado de no haberse sentido suficientemente valorados por nosotros, porque no estuvimos ahí para ellos.

“La calidad de tiempo con los hijos no se mide por lo entretenido que haya sido el rato que pasamos con ellos, sino por lo mucho que ese tiempo nos permita conocerlos. Es en esa quietud cuando son evidentes sus inquietudes, sus tristezas, sus dichas, es decir, lo que ocurre no fuera, sino dentro de nuestros hijos. Tenemos que propiciar encuentros en los que podamos percibir su confusión y orientarlos, así como sus cualidades y fortalezas para reafirmarlas”.

“No son las diversiones sino nuestro interés y dedicación personal a los hijos lo que nos permite tejer con ellos esos lazos afectivos que no se dan con la mera convivencia, y que son los que les hacen ver que ellos son lo más importante de nuestra vida, que los amamos más que a nadie”, eso es calidad y se debe dar en suficiente cantidad.
 
CANTIDAD Y CALIDAD DE TIEMPO PARA NUESTROS HIJOS

La calidad de tiempo con los hijos no se mide por lo entretenido que haya sido el rato que pasamos con ellos. Los padres de hoy tienen muchas más complicaciones para pasar tiempo con sus hijos que en épocas anteriores, el trabajo fuera de casa impacta directamente la forma en que deben administrar el tiempo para atender las necesidades tanto físicas como emocionales de los hijos.

Para un hijo es tan importante la calidad como la cantidad de tiempo que sus padres le brindan y ese equilibrio debe permitir a un padre conocer, comprender, saber qué sienten y quiénes son sus hijos.

La autora del libro De la culpa… a la calma, Ángela Marulanda, escribe al respecto lo siguiente: “Parece que en nuestra loca carrera por estirar el tiempo, finalmente logramos hacer todo… menos vivir, si por ello entendemos compartir, jugar, reír, conversar, gozar… amar. Por andar ocupados en que nada les falte a los hijos, los padres no les damos más sino menos, menos sosiego, presencia, comprensión, menos de todo lo que precisan para crecer tranquilos”.

“Los niños perciben cuando fingimos prestarles atención, pero realmente no lo estamos haciendo”. Si el tiempo que dedicas a tus hijos sólo alcanza para darles órdenes, suplicarles, corregirlos y apurarlos o sólo prestas atención cuando gritan, lloran o hacen alguna travesura, ese tiempo, aunque sea mucho, no es de calidad.

La opción es buscar espacios para estar presentes de cuerpo y alma porque, afirma Marulanda, muchas de las dificultades que nuestros hijos enfrentan son el resultado de no haberse sentido suficientemente valorados por nosotros, porque no estuvimos ahí para ellos.

“La calidad de tiempo con los hijos no se mide por lo entretenido que haya sido el rato que pasamos con ellos, sino por lo mucho que ese tiempo nos permita conocerlos. Es en esa quietud cuando son evidentes sus inquietudes, sus tristezas, sus dichas, es decir, lo que ocurre no fuera, sino dentro de nuestros hijos. Tenemos que propiciar encuentros en los que podamos percibir su confusión y orientarlos, así como sus cualidades y fortalezas para reafirmarlas”.

“No son las diversiones sino nuestro interés y dedicación personal a los hijos lo que nos permite tejer con ellos esos lazos afectivos que no se dan con la mera convivencia, y que son los que les hacen ver que ellos son lo más importante de nuestra vida, que los amamos más que a nadie”, eso es calidad y se debe dar en suficiente cantidad.

Fabiola Bautista escuelaparapadres.com

2 comentarios:

  1. Hola, Yuny. No soy mamá, pero sí maestra, lo cual va muy de la mano.
    Los maestros vemos y escuchamos historias tan tristes de papás que parece que se niegan a serlo o están cegados y es tan difícil quitarles eso que les impide ver, por lo tanto, no dan tiempo de calidad a sus hijos, ni 20 minutos, ni 20 horas. ¡Qué triste!

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  2. YO QUE PRONTO SERÉ PAPÁ ME DOY CUENTA DE LA RESPONSABILIDAD QUE ADQUIERE UNO AL TENER UN HIJO, Y CREO QUE DEBEMOS ESTAR ATENTOS PARA QUE NUESTROS HIJOS TENGAN LA ATENCIÓN QUE REQUIEREN, Y NO CAER EN LAS MISMAS HISTORIAS QUE TANTAS VECES HEMOS ESCUCHADO.. PODEMOS HACER LA DIFERENCIA CON NUESTROS HIJOS, Y DIA CON DIA DEBEMOS ESFORZARNOS POR SER BUENOS PAPÁS... GRACIAS POR COMPARTIR ESTA ENTRADA.. SALUDOS.

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