EDUCACIÓN
BASADA EN COMPETENCIAS: ¿AYUDAN O LIMITAN EL CAMBIO?
ANTES Y
DESPUÉS DEL CURSO
En este breve ensayo se da una explicación del tema competencias en la
educación el cual tiene como finalidad dar a conocer los diferentes puntos de
vista que se tenía antes y después de conocer cómo es que se trabaja
actualmente la educación con competencias, y es que se tenía la idea de que
“competencias” era algo así como estar en una carrera atlética donde sólo los
más fuertes y entrenados pueden ganar, o estar en un juego de mesa dónde el más
astuto es el vencedor, y así lo relacionaba con la educación, es decir dónde el
alumno tenía un papel el cual jugaba a
ser ese “competidor” y buscaba la forma de ganar la carrera o el juego, y a su
vez el profesor era el juez del evento y éste determinaba tajantemente si el
jugador pasaba o no la competencia, y me refiero a ser tajante en el sentido de que el profesor sólo califica
algunos aspectos del resultado que se quiere obtener, pero que en realidad al
final no se sabe con exactitud si se logró el aprendizaje deseado.
Anteriormente tenía la idea de que la
educación basada en competencia se refería a una forma de “medir” a los alumnos
en sus capacidades y que lejos de ayudarlos sólo causaría aprietos o dificultad en el proceso de enseñanza aprendizaje, ya
que desde la forma en que se utilizan estrategias para transmitir conocimientos
hasta la forma de evaluación son completamente distintas a las que conocía
anteriormente, es decir se está acostumbrado a permanecer en un proceso de
educación bastante tradicionalista, donde el alumno es visto como un ser
pasivo, sin tomar en cuenta su opinión, es sólo receptor de conocimientos, etc.
Y al igual el profesor es visto como transmisor de conocimientos, el método que
utiliza para enseñar era el mismo para todos los alumnos y en todas las
ocasiones, autoritario, y utiliza el castigo como medio de disciplina entre
otros.
Es por eso que al empezar a
conocer cómo es que se trabaja en la
educación basada en competencias y lo que éstas pueden lograr en el alumno resulta
casi imposible de creer, pero la realidad es que esta educación cobra gran auge
en los últimos años y sobre todo a partir de las nuevas tecnologías, ya que
estas han generado tal cúmulo de información que resulta imposible revisarla
todas y cada una de ellas. Si se toma en cuenta que anteriormente la educación
era de cierta manera sólo una transmisión de conocimientos, pues ahora las
competencias en el proceso de enseñanza aprendizaje básicamente significan “saberes
de ejecución”, dando un giro impresionante a la educación en todos los
sentidos, y es que por medio de las competencias ahora el alumno y el docente
juegan otro rol dentro del proceso, y es notorio este nuevo papel, el alumno
forma parte activa de su aprendizaje, su rol ya es de investigador, participa y
expresa sus ideas, la relación con el maestro se vuelve más estrecha, etc. Así
el profesor ya no juega un papel de simple transmisor de conocimientos, sino
que debe de tener la capacidad de identificar todo el proceso que llevan sus
alumnos hasta llegar al resultado deseado.
Es entonces que resulta que la
educación basada en competencia no sea cosa del otro mundo y que se necesita de
los docentes su entera disposición para el cambio que se requiere lograr en pos
de la educación y de los alumnos, si ya entendimos que la educación basada en
competencias se centra en las necesidades, estilos de aprendizaje y
potencialidades individuales para que el alumno llegue a utilizar con destreza
o soltura las habilidades señaladas por el mundo cotidiano y laboral.
Cabe mencionar que las competencias,
al igual que las actitudes no son dadas por herencia ni se originan de manera
congénita sino que conforman la construcción y persistencia de la persona o el
alumno, y esto a su vez se debe relacionar con una comunidad específica, es
decir, desde un entorno social y los cambios que ella requiere. En el proceso
educativo las competencias se construyen en la concentración o reunión de los
conocimientos, las habilidades y los valores, y lograr así una meta que ha sido
planificada y es un resultado. El resultado es: el desempeño de la competencia.
El alumno debe ser competente, no
competitivo.
Por tanto el cambio que necesita el
proceso enseñanza aprendizaje será desde los programas académicos, pero sobre
todo desde la modificación de la forma de pensar de los directivos,
administradores, docentes y alumnos. La
escuela o institución es el marco de referencia para que los alumnos
sean favorecidos con un modelo de aprendizaje que combine las habilidades con
conocimientos y se logre el cambio que necesitan en su educación. Llegando a la
conclusión de que en definitiva la educación basada en competencias es una ayuda para lograr el mencionado cambio
en el proceso de enseñanza y no es un
obstáculo para que se logre.
REFERENCIA:
Dra. Laura Frade Rubio, Desarrollo
de competencias en educación: desde preescolar hasta bachillerato, 2007.
Muy interesante tus ideas y bien fundamentadas.
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