¡Quiero ser maestro!

¿Realmente estoy seguro de esto? No basta con una preparación académica para este fin, no basta con un título de Licenciatura en…, Maestría en…, Doctorado en…

Esta profesión requiere de preparación constante, como tantas otras: además paciencia, voluntad, resistencia, compromiso, cariño, solidaridad, interés, cooperación, responsabilidad, conciencia, ética, amor, comprensión, dedicación, trabajo, etc.

¿Me he puesto a pensar que sobre mis hombros llevo la responsabilidad de la educación de todo un país? Que espera de mí logros titánicos para formar individuos capaces de competir en cualquier ámbito, ya sea personal, laboral o profesional.

¿Estoy consciente de que soy una especie de trampolín, del cual saltarán confiados y precisos a un mundo cada vez más competitivo, evolucionado y  globalizado?

¡Difícil tarea para quién aspira la docencia!

Si un doctor fracasa…. Muere alguien

Si un político fracasa……Analiza su discurso

Si un actor fracasa……… Evalúa su actuación

Si un agricultor fracasa….. Se pierde la cosecha

Si un ingeniero fracasa…… Tira el edificio

Si un fabricante fracasa……. Renuncia a su producto

Si un comerciante fracasa….. Olvida  su negocio

Si un maestro fracasa… muere la ilusión: si no analizamos y evaluamos nuestras prácticas docentes, se pierde toda una sociedad que espera lo mejor de nosotros, tiramos por la borda todas las esperanzas de un país al renunciar y olvidar el compromiso inmenso que tenemos en la formación nuestros jóvenes. Si consideramos todo esto y tomamos conciencia de la responsabilidad que conlleva el ser docente, entonces podremos afirmar:

¡SÍ, QUIERO SER MAESTRO!