Hablar
una misma lengua no significa señalar que la usemos todos de igual manera. De
hecho, las personas de edades diferentes hablan distinto. Esto también sucede
con los sujetos de niveles socioculturales diferentes o de distinta procedencia
geográfica. Por ejemplo, si bien hablamos la misma lengua que argentinos y
peruanos, hay ciertos elementos en la pronunciación y en el léxico que la hacen
variar de un lugar a otro. Dentro de un mismo país o incluso una ciudad existen
variaciones.
En
definitiva, la variación lingüística está relacionada con los condicionamientos
que los contextos socioculturales ejercen sobre las formas y la eficacia de la
comunicación. Estos condicionamientos son de diverso tipo y pueden afectar a la
totalidad del lenguaje o solamente a una parte de él, como el léxico o la
pronunciación. Los principales factores que producen esta variación son etáreos
(variación diacrónica), geográficos (variación diatópica), sociales (variación
diastrática) y situacionales (variación diafásica).
REGISTRO
DE HABLA Y RELACIÓN ENTRE LOS HABLANTES
Por otra parte, existe la necesidad de adaptar el
lenguaje a la situación comunicativa en que uno se encuentra. Así, cuando un
sujeto está en una situación formal se expresa con un uso más correcto y
estandarizado de la lengua. Por el contrario, si la situación es coloquial
(informal) habla de manera informal. Estas diferentes formas de expresarse se
denominan registros de habla.
Situaciones formales: Se caracteriza por un uso
cuidado del lenguaje a partir de la norma estándar, que se da en aquellas
situaciones comunicativas que requieren de formalismo o protocolos especiales
en el aspecto de la comunicación. Por ejemplo, una entrevista de trabajo, una
solicitud escrita, una conversación con relación asimétrica, etc.
Situaciones informales: Son aquellas en que podemos
hacer uso de un lenguaje más coloquial, con estructuras más simple, con menor
acervo léxico, con uso de diminutivos o expresiones coloquiales. Por ejemplo,
una conversación entre amigos, un diálogo entre camaradas o compañeros en un
ambiente distendido, etc.
Sin embargo, es posible que uno utilice un registro
informal en situaciones donde la relación entre los hablantes es asimétrica.
Por ejemplo, muchas personas se vinculan coloquialmente con sus papás, sin
embargo, la relación no es simétrica. Es decir, que la formalidad e
informalidad dependen en gran medida de la confianza que existe entre los
interlocutores.
BIBLIOGRAFIA.
MARTHA
I. IANNINI D. CLEMENCIA ROMERO F. (2004) Pedagogía “Arte y Ciencia para
Enseñar y Educar” Ed. San Martín y Domínguez, S.C. México, D.F.
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