La capacidad del
hombre para aprender y aplicar conocimientos, es decir, su inteligencia es un
atributo que se puede medir. El concepto de edad mental, se establece mediante una serie de pruebas de
inteligencia, ellas miden las capacidades y habilidades para ejecutar ciertas
tareas.
En las pruebas
de inteligencia se toman en cuenta capacidades como el “hacer” y el “pensar”, y
las particularidades, de distintos tipos de inteligencia. Existen pruebas para
valorar la inteligencia básica, independientemente de que el individuo sea o no
instruido. Las pruebas de inteligencia corresponden a determinados niveles de
edad, desde la infancia hasta que se alcanza la capacidad del adulto medio, lo
que ocurre entre los 14 y 16 años; alcanzada esa capacidad, la edad mental no
aumenta durante la adultez.
Las pruebas y su
valoración corresponden a distintos métodos, y suele haber cambios en la
normatividad de un país a otro. El cociente
intelectual medio es igual a 100 y se tiene cuando la edad mental es igual
a la cronológica. Los especialistas tienen opiniones distintas en cuanto a si
el CI es constante desde el nacimiento hasta la edad adulta, o si el cociente
intelectual puede decrecer o incrementarse como consecuencia de las influencias
del medio ambiente.
La conciencia. El conjunto
de fenómenos psíquicos que ocurren al individuo en cada momento forman la
conciencia, los contenidos de la conciencia: sensaciones, percepciones,
representaciones, pensamientos, sentimientos, voliciones, etc., son muy
fugases, transcurren rápidamente, por eso, en cada momento el individuo
experimenta diversos estados de conciencia que forman una sucesión continua.
La apercepción es la percepción consciente
en la cual se incluyen la atención y la memoria, es una distinción respecto a
la percepción que es un proceso involuntario. Las representaciones son las
imágenes mentales, la imagen interior que se produce aunque el objeto no esté
presente; las representaciones ocurren por la evocación de sensaciones y
percepciones tenidas en algún momento del pasado.
Las vivencias son conjuntos de fenómenos
psíquicos que forman una unidad y que penetran profundamente en la conciencia.
La vivencia es una forma de experimentar, de “vivir” íntimamente la
subjetividad de fenómenos tales como los recuerdos, las imágenes de las
fantasías, las ideas, los sentimientos y deseos.
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