A algunas personas nos es más
difícil que a otras entender, concentrarnos, memorizar, analizar o sintetizar
información. Cada uno de nosotros conocemos cuáles son nuestras habilidades y nuestras dificultades.
Afortunadamente también aprendemos cómo superar las dificultades o cómo
aprovechar nuestras capacidades “fuertes” para compensar lo que nos cuesta más
trabajo.
Identificar cuáles son nuestras
dificultades en cuanto al aprendizaje y aceptarlas es un paso para buscar
orientación y para encontrar formas de hacerles frente o superarlas. Hay
diferentes problemas de aprendizaje. Estos hacen por ejemplo que se le
dificulte a la persona leer, escribir, escuchar con atención, tener una buena
ortografía o realizar cálculos numéricos. Hay otros problemas de aprendizaje
que nos dificultan llevarnos bien con las personas o que nos llevan a que
nos cueste trabajo concentrarnos,
acordarnos de las cosas o entender lo que otros dicen. También existen
situaciones que dificultan la ejecución de las tareas escolares, como son las
discapacidades por problemas visuales o auditivos o las lesiones en el sistema
músculo esquelético. Muchas veces las personas condichas discapacidades tienen
excelentes capacidades para aprender y únicamente requieren los apoyos
didácticos que les permita expresar lo que aprenden y adquirir la información
por sistemas diseñados especialmente para ellos.
Buscar actividades e las que nos
sentimos exitosos intelectualmente nos motiva hacia el aprendizaje. Para
quienes les va bien, la escuela es un lugar más agradable que para quienes no
les va tan bien. Muchas veces los alumnos que no tienen éxito en la escuela
sienten que les va mal en todo, y se desaniman en varias áreas de su vida. Es
importante entender que cada persona tiene éxito en alguna área y que las
dificultades para aprender ciertas materias se pueden superar con orientación y
perseverancia.
BIBLIOGRAFIA.
TRONCOSO ALFREDO, TENORIO ANTONIO (2003) “Formación
Cívica y Ética” Ed. Noriega, México,
D.F.
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